Bobina de cineSiguiendo con la tradicional reflexión anual sobre la evolución en el año que entra de las tecnologías, especialmente del video en la web, aquí van unas previsiones, que intentaré centrar en España,  basadas en lo que ha pasado durante 2010.

2011: Año de pruebas y transición.

Parece que 2011 va a ser un año de transición. En primer lugar, por el remanente de temor a la evolución de la economía española.

En esta fase de transición, el acceso a banda ancha fija se encuentra ya en porcentajes cercanos al 65% de la población española, uniéndose al creciente acceso a internet desde dispositivos móviles (superando el 20% según el Informe “La Sociedad de la Información en España” de Telefónica).  Esta mayor presencia de conectividad a internet permite que las aplicaciones que se vayan saliendo al mercado tengan una penetración más rápida, al igual que un asentamiento o desaparición igualmente rápida.

Junto al acceso a internet, el volumen de nuevos dispositivos, especialmente smartphones y tabletas, también crece a buen ritmo y supone un aumento en el tiempo que permacemos contectados a servicios y aplicaciones web.  Esta tendencia parece que va a crecer aún más en 2011, siendo mayor el número de teléfonos con conectividad de datos (tanto 3G y 3,5G como con wifi) que los “teléfonos para hablar”. A la par, se van a poder adquirir tabletas (a las que desde aquí auguramos una vida menos efímera que los netbooks) desde 200 euros.

El video como gran consumidor de tráfico web.

Con las dos premisas anteriores, el consumo de video en internet ya es factible tanto desde la red fija como móvil.  Al mismo tiempo, existe un volumen cada vez mayor de video en la internet. Junto a Youtube, cada vez se ven y se embeben más videos de otras plataformas como vimeo, blip.tv, brightcove, kaltura y, por otra parte, los grandes polos de atracción del consumo de contenido audiovisual, las televisiones generalistas, ofrecen sus contenidos en la web. Y la gente lo sabe y acude a verlos… y comenta sobre los mismos… y lo pasa bien.

Junto al mayor volumen de video en internet, llevamos un par de años con experimentos de su integración con redes sociales (reducido a twitter y facebook, dejando tuenti fuera del sector hasta su integración en Imagenio, si se produce), pero no será 2011 el año en el que esto se generalice.  Y está bien que  sea así.  Lo primero es llevar el contenido audiovisual allí donde el espectador lo quiera y, más adelante, añadir nuevos servicios. Igualmente, la TV en 3D puede no llegar a extenderse en el mercado doméstico, bien por falta de interés o bien porque nos sorprenden los desarrolladores de hologramas. No olvidemos que el poder del video, cuando se consume repatingado en un sofá, radica en desconectar al televidente de su realidad cotidiana y acercale a otros mundos (CNN+, GH12, el teletienda (¿alguien lo vé? ) o la esteban de turno.

El creciente volumen de video nos lleva en 2011 a un abaratamiento de los costes necesarios para su almacenaje y distribución y a una mejora de las redes para su mejor difusión (con soluciones de cacheo, clouding, p2p y bitrate adaptativo… todo ello palabros que implican que el espectador perciba una mejor calidad y una mayor velocidad en su experiencia de ver video a través de internet).

La TV conectada: tímida y paulatina entrada en nuestro salón.

2011 va a suponer también un escenario de transición para la TV contectada, ya sea vía televisores que incorporen acceso a internet, como a través de set-top-boxes o de ordenadores conectados a la TV. No parece que vayamos a asistir a una penetración superior al 10% en este año.  Y no sólo porque la oferta está en la actualidad más centrada en mercados como el americano (apple tv, google tv, boxee…), sino porque en España se ha producido recientemente una renovación del parque de televisiones (con la implantación de la TDT y con el mundial de fútbol de Sudáfrica).  Esto será así siempre que no aparezca una campaña agresiva de alguno de los interesados (logitech+google, boxee…) a un precio por debajo de los 100 euros y con un mensaje claro que haga percibir un suficiente valor añadido como para agastarlos.

Junto a la caja que conecta la tele a la web, está el problema de los dispositivos de entrada, o herramientas de interacción, para manejarla.  El teclado y el ratón  no sirven como los conocemos, ni tampoco el mando a distancia tradicional. Así, en 2011 irán entrando nuevas soluciones: teclados inalámbricos y con ratón o pad incorporado; kinect para televisión y aplicaciones para usar el smartphone o tableta (preferiblemente esta úlltima) para manejar la TV.  En este apartado habrá que ver si las nuevas tabletas o teléfonos (atención a soluciones como las de Motorola con su teléfono Atrix o su tableta Xoom) son capaces de asumir el papel de proveedor de contenido a la pantallla de la TV además de servir de mando a distancia.  Esta sería una gran alternativa siempre que la duración de las baterías lo permita, pero reduciría bastante la cifra de negocio de los fabricantes que nos pueden vender cajitas para conectar a la TV.

Ningún ganador claro en la guerra por empaquetar el video.

Por último están los empaquetadores del video, por llamarlo de alguna manera y mezclar codecs, contenedores y formatos.  Junto a la lucha de flash por su supervivencia, desencadenada por la entrada del iPad que, a pesar de suponer menos del 3% de los accesos a la mayoría de las webs en nuestro país, ha hecho correr ríos de bits sobre el tema, existen varias tecnologías que nos permiten acceder al vídeo con la suficiente calidad y velocidad. Mezclando un poco de todo, baste con soltar un par de abreviaturas: sorenson, on2, WebM, H.264, mpeg, mp4, fv4, avi, mov, ogg y <video> en html5, entre otras.

No parece que 2011 sea el año en el que asistamos a la implantación de un único formato de video. Sí parece que el soporte nativo del video en los navegadores puede ir asentándose (a pesar de la inmadurez del html5), pero convivirán distintas tecnologías y formatos, haciendo que los costes de almacenamiento y codificación-decodificación de los videos no se reduzcan tanto como podrían. En última instancia, al usuario le da lo mismo, pero para la empresa que publica video le supondrá un coste extra el tener que almacenar dos o tres versiones de cada video si quiere que todo el mundo pueda acceder a él desde PCs, móviles y tabletas.

Al mismo tiempo, Adobe continuará mejorando sus desarrollos sobre flash para minimizar el uso de memoria, energía y procesamiento. Bueno sería si además publican una versión gratuita de su Adobe Flash Media Server. Otro contendiente, Microsoft con su Silverlight, podrá hacer alguna jugada para implantar su solución en los teléfonos con WP7, su sistema operativo, su navegador y el nuevo sistema que saque para tablets.  De momento, una incógnita.

EN RESUMEN, más video, de mejor calidad y visto desde más dispositivos. Un año de transición para el siguiente paso: la unión del poder del video y la interactividad de la web.